
Compararse con los demás es la práctica menos recomendable para vivir de manera tranquila, pero seamos sinceros: a todos nos ha pasado y además caemos en la trampa -natural- de hacerlo con personas exitosas (parece una idiotez, pero sucede, sobre todo cuando abrimos Instagram 🙄) para luego rematarnos con el latigazo que dice “es que yo no tengo tanto talento”. Porque de eso se trata este post: del tamaño del talento.
Uno de mis libros de magia favoritos lo escribió un mago holandés llamado Tommy Wonder, se titula El Libro de las Maravillas. En él, expone su visión de la magia y comparte algunas de sus creaciones.
La lección que más me impactó cuando esa obra llegó a mis manos, y que me hizo devorar los dos tomos en muy poco tiempo, se encuentra en el prólogo, lanza una reflexión que sirve para todo: el talento es como un diamante en bruto.
Wonder afirma que la naturaleza te otorga algo innato que debes tener para ser buen mago (o arquitecto, abogado, médico, pintor, comediante…) “llámalo talento si lo prefieres” escribe el autor, y cuanto más hayas recibido, mejor podrías llegar a ser.
Y viene lo importante: esas tres palabras claves: llegar a ser. Pues por más talento que te haya otorgado la naturaleza (universo, Dios, o como prefieras) hace falta cultivarlo. Por eso lo compara con un diamante en bruto.

Entre más talento mayor es el tamaño del diamante en bruto, y mejor puedes llegar a ser… pero hace falta lo importante: pulirlo.
Pero… puede ser que por más que se pula y se trabaje, nunca se llegue a ninguna piedra preciosa “puede parecer pesimista, incluso elitista, pero creo firmemente que así es”.
Que no cunda el pánico realista. Dice también que tiene tendencia a pensar que la mayoría tenemos talento en alguna medida, “quizá no mucho, apenas una pizca, pero un diamante minúsculo pulido a la perfección resulta mucho más hermoso que uno enorme y basto.”
Y en ese momento me sucedió lo que pasa en las películas cuando alguien descubre algo que puede cambiarle la vida, algo así:

Asegura que, al igual que en la realidad, no es posible aumentar el tamaño del diamante, sino pulirlo y sacar su mejor brillo para el deleite del público. Pero no importa lo grande o pequeño, sino la cantidad de trabajo que estás dispuesto a invertirle para hacer de esa piedra sin forma, una piedra preciosa.
Piensa en los deportistas de alto rendimiento: un futbolista puede tener todo el talento del mundo, pero debe entrenar su cuerpo y mente para llegar a ser el mejor. Igual con los músicos, científicos, etc. No hay lo uno sin lo otro.
Perder la motivación porque según tu mismo “no tengo talento” o “este o aquel tienen más talento que yo”, piérdela porque no has trabajado lo suficiente en pulir el que tienes. No es falta de talento, es que el otro trabaja más que tu.
Gracias, Tommy Wonder.
Lecciones de magia para la vida es una serie dedicada a compartir contenido «escondido» en libros de magia que pueden servir para la vida y los negocios.
EL PODER DEL ASOMBRO es una conferencia-show para público empresarial donde comparto muchas más lecciones del mundo de la magia con el objetivo de motivar y mejorar el clima laboral.